sábado, 29 de septiembre de 2012

ENFOQUE DEL DESARROLLO COGNOSCITIVO








PERSPECTIVA DE PIAGET DE LA INTELIGENCIA Y EL CRECIMIENTO INTELECTUAL:


Influido por sus antecedentes en la biología, Piaget (1950) definió la inteligencia como un proceso vital básico que ayuda a un organismo a adaptarse a su ambiente .Con adaptación, Piaget quiere decir que el organismo puede afrontar las demandas de s situación inmediata. Por ejemplo, el bebé hambriento que sujeta una botella y se la lleva a la boca se comporta en forma adaptativa, igual que el adolescente que interpreta con éxito un mapa de la carreteras mientras viaja. A medida que los niños maduran, adquieren “estructuras cognoscitivas” cada vez más complejas que les ayudan a adaptarse a sus ambientes.
Una estructura cognoscitiva, o lo que Piaget llamó un esquema, es un patrón organizado de pensamiento o acción que se usa para afrontar o explicar algún aspecto de la experiencia. Por ejemplo, muchos niños de tres años de edad insisten en que el sol está vivo porque sale en la mañana y se pone al anochecer. Según Piaget estos niños operan con base en un esquema cognoscitivo simple de que las cosas que se mueven están vivas. Los primeros esquemas, formados en la infancia, son hábitos motores como mecerse, sujetarse y levantarse que demuestran ser adaptativos.
Más tarde, pero también en la niñez, los esquemas cognoscitivos adoptan la forma de “acciones de la cabeza” (por ejemplo, adición, o sustracción mental) que permiten a los niños manipular información y pensar en forma lógica respecto a las cuestiones y problemas que encuentran en la vida cotidiana. A cualquier edad los niños dependen de sus estructuras cognoscitivas vigentes para entender el mundo que los rodea.
Además debido a que las estructuras cognoscitivas adoptan formas diferentes a diferentes edades, los niños más pequeños y más grandes a menudo pueden interpretar y responder a los mimos objetos y acontecimientos en forma muy diferente.
¿Cómo crecen los niños desde el punto de vista intelectual? Piaget afirmaba que los bebés no tienen conocimiento o ideas innatos sobre la realidad, como han sostenido algunos filósofos. Ni tampoco que sólo sean los adultos los que les dan información a los niño o les enseñan cómo pensar. En lugar de ello construyen en forma activa nuevos conocimientos del mundo basados en sus propias experiencias. Los niños observan lo que sucede a su alrededor; experimentan con objetos que encuentran; hacen conexiones o asociaciones entre eventos entre eventos; y se desconciertan cuando sus conocimientos (o esquemas) actuales no explican lo que han experimentado.
Para ilustrar, regresemos por un momento al niño de tres años de edad que cree que el sol está vivo. De seguro esta idea no es algo que el niño aprendió de un adulto; al parecer fue construida por el niño con base en sus propias experiencias en el mundo. Después de todo muchas cosas que se mueven están vivas. En tanto el niño se aferre a esta interpretación, puede considerar vivo cualquier objeto nuevo que se mueva; es decir, las experiencias nuevas serán interpretadas en función de sus estructuras cognoscitivas actuales, un proceso que Piaget llamó asimilación. Con el tiempo, sin embargo este niño encontrará objetos móviles que casi con toda certeza no podrían estar vivos, como un avión de papel que no eran nada más que una hoja de periódico antes de que su papá lo doblara. En este caso surge una contradicción (o lo que Piaget denominó desequilibrios) entre la comprensión del niño y los hechos. Le queda claro al niño que su esquema “los objetos que se mueven están vivo” necesita ser revisado. Es impulsado por estas experiencias desconfirmadoras a acomodar, es decir a alterar sus esquemas existentes de manera que le puedan proporcionar una mejor explicación de la distinción entre objetos animados e inanimados (quizá concluyendo que sólo las cosas que se mueven bajo su propio impulso están vivas).


sensoriomotora (del nacimiento a los dos años de edad), la etapa preoperacional (dos a siete años de edad) la etapa de operaciones concretas (siete a once o doce años de edad) y la etapa de operaciones formales (11 a 12 años de edad en adelante). Estas etapas forman lo que Piaget llamo secuencia invariable de desarrollo, la que implica que todos los niños progresan a través de las etapas en el orden en el que fueron enumeradas. No pueden saltarse etapas debido a que cada etapa sucesiva se basa en la etapa anterior y representa una forma de pensamiento más compleja.


                                     

No hay comentarios:

Publicar un comentario